Hernán Figueroa Reyes
SELECCIÓN
TEMAS:
01 - El Corralero
02 - La vuelta del santiagueño
03 - Zamba del cantor enamorado
04 - Luna viñatera
05 - Criollita santiagueña
06 - Zamba para no morir
07 - Canción del adiós
08 - Chacarera del triste
09 - Zamba para mis amigos
10 - Coplas del soltero
11 - Que mala suerte
12 - Zamba de usted
13 - Zamba e` ñaupa
14 - Soy pescador
15 - Zamba del gaucho guerrero
16 - Coplas del olvido
17 - El tata está viejo
18 - Zamba para decir adiós
19 - La buena moza
20 - Esquina al campo
21 - Dos valientes
22 - Coplas del valle
23 - Vamos hermano
24 - Disculpe
25 - La lata i' pobre
26 - Pasillaneando
27 - Estoy de vuelta
28 - El Paraná en una zamba
29 - Zamba de la Candelaria
30 - El potro Mario
31 - Zamba del grillo
32 - El solitario
33 - La nochera
34 - Anocheciendo zambas
35 - Añorando
36 - Zamba del pañuelo
37 - La desvelada
38 - Zamba del Carnaval
39 - Tendrás un altar
40 - Guitarra prestada
41 - Por las trincheras
42 - Zamba de Anta
43 - Para Villa María
Nació un 14 de Septiembre de 1936 en Salta, el lugar del país que tantos valores de nuestro cancionero dio. Su padre José Figueroa Aráoz, fecundo escritor y su madre Mariela Reyes, creadora infatigable y precursora en el espectáculo de la Cacharpaya, alentaron en él la vida bohemia, creativa y de permanente estímulo.
De pequeño trabajó como empleado de kiosco, en una perfumería en la Estación de Retiro, vendedor de terrenos, corredor de seguros, Oficial Principal del Juzgado de Instrucción en lo criminal Nº 20 de la Capital Federal. Hizo de todo, hasta que se decidió dedicarse definitivamente a la música.
Cantor, autor, compositor y guitarrero Hernán Figueroa Reyes anduvo siempre con la guitarra y el canto a cuestas, que supo alternar con los libros de Derecho, pero abandonó su carrera para entregarse de lleno al canto, con alma y vida.
Hernán traía en su haber toda una vida que desde la niñez se desarrolló en un hogar donde la creación artística era común y alentada por los integrantes su familia.
Hernán Figueroa Reyes debuta el 10 de octubre de 1960 en un baile de carnaval, con un conjunto vocal que hizo historia en la interpretación del cancionero nativo, los Huanca Huá.
Ellos tenían una concepción armónica tan novedosa como original por sus arreglos y por su forma de presentarse ante el público: Sin atavíos gauchos, floreos guitarrísticos en las voces y cadencias provincianas en su acento. Toda una trasgresión para el folklore de ese tiempo.
La primera voz de dicho grupo era Hernán Figueroa Reyes, cantor de raza, dueño de una voz privilegiada, talento y angel; todos los dones de un verdadero artista se derramaron en él.
Con los Huanca Huá recorrió ese primer camino brillante y pleno de éxitos hasta que en 1963, o sea tres años después, abandona el grupo y se lanza como solista. Forma su conjunto con Emilio Martínez Bocha (Guitarra) y Hernán Rapella (Bombo). Es un despegue meteórico asentado en una personalidad seductora, un timbre de voz personal y muy agradable, haciendo un repertorio con lo tradicional y nuevas obras de fuerte color nativista.
En la Plaza Próspero Molina de Cosquín obtiene la consagración definitiva, con tal énfasis que su versión de "El Corralero" se transforma en el mayor suceso discográfico del momento. Le siguen "Zamba del Cantor Enamorado", "El tata está viejo" y "Tendrás un altar", entre otros temas que lograron gran difusión, aumentando su éxito en un medio pleno de grandes artistas.
Luego tiene una participación importante en la película "Ya tiene Comisario el Pueblo" protagonizada por Niní Marshall y Ubaldo Martínez.
En TV conduce un ciclo musical junto a los más consagrados colegas de aquellos momentos, mostrando siempre una inagotable vocación creadora, musical y empresaria.
El Palo Borracho y La Peña de Olivos fueron sus escenarios de mayor significación, recordados ambos como bastiones en la memoria del mundo del folklore. Muchos intérpretes encaminaron sus comienzos profesionales a partir de proyectos de este cantor-actor-empresario como María Helena o Roberto Rimoldi Fraga.
Hernán tenia una voz excepcional. Cuando su figura aparecía en un escenario el vértigo, una luminosidad diferente marcaban su presencia. Su energía deslumbraba las marquesinas y candilejas. Había nacido para ser una estrella fulgurante del folklore.
Participó en todos los festivales del país: Cosquín, Baradero, Jesús María, Villa María, Guadalupe y Paraná. La última presentación en Santa Fé no pudo ser, donde se notó su ausencia sin aviso, pues la muerte le dio cita para aquel 6 de febrero de 1973. Después de pasar Zárate perdió la vida prematuramente, en pleno éxito, uno de los renovadores del folklore que más habían llegado al público.
Fuente: JULIO DE LA VEGA
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