Amalia de la Vega
SELECCIÓN
TEMAS:
01 - El rebenque platiao
02 - Jugueteando
03 - Corazón
04 - El Paraná en una zamba
05 - La donosa
06 - Los ejes de mi carreta
07 - El ñandú
08 - Río de los pájaros
09 - Soy de Arbolito
10 - Cuando el amor se va
11 - Guitarra trasnochada
12 - Serenata del 900
13 - Zamba de mi tristeza
14 - Que mala suerte la mía
15 - Mate amargo
16 - Pa' mis paisanos
17 - Pobre gallo bataraz
18 - Como yo lo siento
Amalia de la Vega, pseudónimo de María Celia Martínez Fernández fue una cantante y compositora uruguaya, nacida el 19 de enero de 1919, en Melo. Era apodada La Calandria Oriental.
Se destacó como cantante popular y clásica. Cultivó un estilo muy propio y personal que, a través de las milongas, las cifras, los estilos y las vidalitas.
En 1942 hizo su debut en el estudio de la Radio El Espectador y más tarde se hizo conocida a través de las fono plateas de Radio Carve y Radio El Espectador, ¿acompañada al piano por la inolvidable Beba Ponce de León?. Amalia de la Vega jerarquizó escenarios nacionales e internacionales, recorriendo muchas veces Argentina, Brasil y Chile acompañada por las guitarras criollas que fueron motivo, siempre, de un gran amor y devoción. Ella misma también supo tocar la guitarra de oído, musicalizando poemas de Tabaré Regules, de Serafín J. García y de Juana de Ibarbourou.
Grabó varios discos de 78 y de 33 r.p.m. en los sellos Sondor, Antar, Orfeo y Telefunken. El número de los simples y larga duración supera largamente el ciento, entre los que se cuentan: "Amalia la nuestra", "Mientras fui dichosa", "Manos ásperas", "El lazo", "Poetas nativistas orientales", "Mate amargo", "Colonia del Sacramento" y "Juana de América”. En unos fue acompañada por el maestro Federico García Vigil, en otros por el maestro Walter Alfaro y, casi siempre, con las guitarras de Mario Núñez, Gualberto Freire y Antonio Beltrán Espina.
Cuando se habla de folklore, suele hacerse del folklore argentino, pero éste tiene señas e identidades muy profundas en el cielito, en la cifra, en el estilo y en las milongas y Amalia De La Vega cantaba en estilo, en cifra y en milonga, que es ya hablar de la música más profunda de la Banda Oriental.
En la escuela pública en los años 50 se difundían esos valores culturales de la nacionalidad oriental a través de las canciones interpretadas por Amalia De La Vega. Entonces, eso hay que valorárselo, ya que para el género femenino, en esa época, la valentía y la convicción de su arte, de difundirlo y de desarrollarlo en tiempos muy difíciles y con tanto talento que perdura y perdurará, sin duda, por muchísimos años. Tanto que nos lleva a decir que quizás en su personalidad encontramos el Gardel femenino, ese Gardel femenino de esta Tierra.
Su primera grabación la hizo para el Sello Sondor el 10 de marzo del 1949 con la vidalita Cerro Largo (Sondor 5219). Le siguieron una serie de discos en 78 RPM que luego serían reeditados sucesivas veces, tanto en discos de 45 RPM, 33 RPM y CD.
Amalia falleció el 25 de agosto de 2000, en Montevideo, a los 81 años de edad.
En 2019 se inaugura un mural en su honor, obra de José Gallino, como parte de un corredor artístico en las inmediaciones del Palacio Legislativo.
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