Chito Zeballos
SELECCIÓN
TEMAS:
01 - Zamba de los mineros
02 - Selección de Chayas
03 - La Catamarqueña
04 - Viejo corazón
05 - Zamba de La Añoranza
06 - Chacarera del Patio
07 - La atardecida
08 - Vidalita riojana
09 - Quiero ser luz
10 - Cuando tenga la tierra
11 - Canción de lejos
12 - Distancia
13 - La zafrera
14 - Si un hijo quieren de mi
15 - Zamba de la distancia
16 - La vieja
17 - Zamba del ángel
18 - Vidala de la copla
19 - Zamba
20 - Milonga del guitarrero
Chito Zeballos, nombre artístico de Prudencio Alberto Enrique Zeballos nació el 15 de julio de 1936 en la localidad riojana de Chilecito y fue un destacado cantante, y guitarrista, intérprete de música folklórica de Argentina. Está considerado uno de los cantantes más destacados y representativos de la música riojana.
A comienzos de la década de 1960 formó el trío "Tres para el Folklore", junto con Lalo Homer y Luis Amaya, quienes establecieron un nuevo estándar en la forma de interpretar la guitarra en la música folklórica que fue seguido desde entonces. En la ciudad de Córdoba tuvo una famosa peña. Se radicó en Neuquén, donde residió hasta su fallecimiento.
Era un curioso e inexplicable fenómeno: La Rioja no había elaborado todavía su propia voz. Esa provincia llena de plasticidad y ángel, rica en tradiciones musicales y suscitantes temas, la tierra de la chaya y los jocundos carnavales, la del inmemorial Tincunaco y las fiestas patronales alegremente paganas, no tenía hoy quien la expresara.
Sin embargo, La Rioja es, por definición, la provincia cantora. Tal vez sólo Santiago del Estero podría igualarla en su vasta y antigua capacidad para crear y cantar. Lo dijo Adán Quiroga, lo afirmó Joaquín V. González, lo cuentan los memorialistas de hace un siglo.
Es que todo en La Rioja está dispuesto para alzar la voz entera: desde la rítmica tonada esdrújula hasta la pausada dignidad de su gente, desde la diáfana sonoridad de su clima hasta el puro ancestro español que nutre sus siglos.
¡Y cómo no! A Facundo, los unitarios de su pago lo peleaban con vidalas. El Chacho y sus épicas cabalgatas anduvieron contadas en coplas mucho antes que en libros. A Felipe Varela lo vencieron en Vargas al compás de una zamba. y una revolución local triunfó allá -no hace mucho- conjugando los balazos con las canciones alusivas
¿Podía estar muda, esta Rioja musical de mis entrañas? ¿Podía esta provincia colorida y hechizada quedarse sin una expresión vocal como las que hoy definen el alma de Salta, de Santiago, de Corrientes?
Digo que no. Porque ahora tenemos a Chito Zeballos. No afirmo que este chileciteño oscuro y espigado sea el dueño de la única voz de La Rioja. Sólo digo que la suya es una esperada voz.
Hay que oírle cantar "La Peñaloza" o recitar "Elegía a la Victoria Romero" o la clásica y dulcísima "Vidalita de González" (con todo el respeto que exige el ilustre nombre de su autor) para comprobarlo.
Si se lo escucha como se debe, fácil será advertir todo lo que hay detrás de Chito Zeballos. Pues es una ventana abierta al paisaje y al espíritu de ese pueblo al que ya Sarmiento le adivinaba perfiles bíblicos.
Entre las principales canciones de su repertorio se destacan Zamba de los mineros (Jaime Dávalos-Cuchi Leguizamón), donde se destacada su recitado de "Temor del sábado", Elegía a la Victoria Romero (Ramón Navarro-A. Ferrko), La zarateña (Atahualpa Yupanqui), Tonada para Manuel Rodríguez.
En Chito Zeballos late el pulso mineral de esta tierra que se macera bajo el sol para dar solamente los frutos más nobles: el vino, por ejemplo, que alegra el tiempo de los hombres; el olivo ritual que consagra, encomienda y da las bienvenidas; los metales suntuosos, el oro, la plata. Y los varones impares, como aquellos que hacían temblar el país bajo sus bárbaros galopes. . .
Falleció en Neuquén el 26 de octubre de 1996 a los 60 años de edad.